+† Sutileza †+

Aquellos pasos se acercaban lentamente, resonando el eco producido entre entre el vacío del pasadizo en la vieja ciudad. La noche cubría parte de su rostro y su silueta se mostraba en la sobra producida por un faro a la distancia.

No era necesario girarse para sentirlo, aquel aura que emanaba lograba congelar incluso el aliento que tenia. Cuan poderosa criatura se encontraba tras de mi, y yo sin poder realizar movimiento alguno para escapar.

Aquella necesidad de estar cerca y sentir nuevamente el miedo perpetuarse a través de mi piel, lograba devolver parte de los recuerdos perdidos. El viento recogía mis cabellos y jugueteaba envolviéndolos y enredándolos delicadamente, entonces sentí su mano tocar mis cabellos. Acariciando cada hebra  sujetándolo delicadamente mientras intentaba ordenarlo. 

Pronto la lluvia comenzó a caer, cubriendo nuestros cuerpos de agua y aun ello no lograba que nos moviéramos  En silencio observe como nuestros reflejos aparecían bajo mis pies, y como su mirada se unía en la mía a través del reflejo. Aquellos grises ojos, que observe alguna vez con extrañeza y ahora me causaban ira, sin embargo lograban tranquilizar parte de la existencia que aborrecía.

Deslizo su mano a través de mis cabellos, hasta llegara  mi cuello y delicadamente acaricio la cadena de plata de la cual colgaba el regalo que hace años me había dado. Su aliento se volvió cercano y pude sentir el calor que emanaba, susurro algunas palabras en mis oídos mezclando la ira y la tristeza en cada una de ellas.

Sabia lo que deseaba, en ese corto encuentro logro transmitir mas de lo que hubiéramos dicho entre miles de palabras. Cerré los ojos deseando que aquel tenso ambiente desapareciera y se lo llevara el agua de la lluvia, pero aquello era imposible. Gael se encontraba tan cerca y nuestra distancia no se había reducido desde nuestro ultimo encuentro.

Gire mi rostro observándolo directamente, aquellos ojos grises que alguna vez lograron detenerme solo despertaban ahora la ansias de retarlo y abandonarle, desaparecer nuevamente y desgarrar mis recuerdos. Cuan importante resultaba observarlo, grabar cada detalle de su perfecto rostro  y odiarlo por permanecer sin decir palabra alguna.

Acaricio mi mejilla, deslizando su mano hasta llegar a mi colgante levantándolo hasta su altura. Una sonrisa curva apareció en su rostro y depositando un beso en el desapareció nuevamente entre las sombras. Aquella presencia desapareció  y el ruido de la lluvia pareció volverse mas intenso. Lo sabia, y estaba seguro de ello, cuanto odiaba aquella sutileza de sus actos para mantenerme presa en su treta.

+† Caprichos †+

Aquellas ideas que sigilosamente se acercan peligrosas sobre aquella mente débil y ambiciosa. Provocando un tenue deseo pasajero, que codiciosamente debe ser saciado para lograr su tranquilidad antes de ser llevados a la pronta locura en un breve tiempo.

Mi pequeño mortal, cuantas veces has sido tu quien llevado por sus caprichos, ha tomado decisiones egoístas y arrancado deseos ajenos. Enceguecido, a llenado su vida de codicia y ambiciones vacías. 

Tan débil e insignificante para observar a través de sus verdaderos deseos, y solo conseguir aquella tenues ilusiones.  Y aun ello, aquellos mortales convertidos en presas fáciles de la ira al no lograr lo que desearon, negándose a la realidad y creando una alterna ante sus ojos en la cual siempre salieran victoriosos. Es siempre ello lo que eligen los débiles mortales.

Deseos pasajeros y vanos, algunos reemplazados fácilmente por otros antes de ser culminados... caprichos que envuelven al mortal en sus propias redes, cayendo una y otras en su ambición vacía. Brillantes ante la lejanía y vueltas en simples cristales ennegrecidos al obtenerlos, desechados en tan poco tiempo que parecieran simples espejismos. 

Cuan divertido resulta verlos, llevados a la ira... cegados destruyendo todo aquello a su alrededor, pequeños e infantiles gestos, transformados en horrorosas visiones de muerte y locura todas ellas provocadas por su propia mente. Curiosa forma de verse atrapados en la infinidad de sus laberintosos caprichos.

+† Sueño †+

Mi cuerpo se encontraba exhausto rendido bajo la lluvia que caía sin tregua alguna, extinguiendo parte del fuego a lo lejos, podía sentir el olor de la hierba húmeda mezclada con el humo, sentir el frio recorrer mi cuerpo caído  entre las ramas de los arboles, y el viento levantando mis cabellos.

Sin embargo mis ojos aun se mostraban renuentes a abrirse, deseaba dormir...descansar en donde me encontraba, un lugar extrañamente cómodo y agradable... ya no habían gritos, ni llantos... no mas tambores o choque de espadas... solo era la lluvia que caía recubriéndome como un manto y el viento helado que acariciaba mi piel, sintiendo a pesar de todo una extraña perfección... en verdad como deseaba descansar... sentir esa tranquilidad por siempre…

No existían rostros o nombres, no mas reglas o ordenes que cumplir... todo había logrado transcurrir como lo desearon, no me interesaba el resultado... no existía un pasado, no habría un futuro... solo esa cálida sensación invadiendo cada milímetro de mi piel... invadiendo cada pensamiento, dejando un vacio de paz...

Agradecía a cada instante el gran lujo que me producía encontrarme allí, mi respiración agitada se lograba acompasar con el aire, desapareciendo el aliento cálido y transformándose en parte del ambiente... mi cuerpo parecía fundirse con el alrededor... siendo parte de la naturaleza a la cual alguna vez ame... la calma que alguna vez añore ahora tan perfecta y simple rodeándome...

No sentía dolor, no sentía ira... el odio que me consumía se desvanecía junto a aquellos rostros... convirtiéndose en fantasmas que desaparecían entre las sombras... por favor, bríndame mas de esta cálida sensación...déjame permanecer de esta manera, deseo tanto conservar lo que poseo en este instante... repetía una y otra vez en mi mente. No más de lo vivido, no mas desear algo mas... todo era perfecto...

Descansar... respirar... sin un destino grabado en las antiguas runas... sonreír sin lograr  mover un fino musculo... una sonrisa inadvertida, mis ojos cerrados sin forzarlos... dormir en aquel escenario olvidado, el paraíso encontrado entre las ruinas... si de algo puedo estar segura, es que amo este instante como nunca creí hacerlo... y deseo poder sentir esta calidez por siempre...

+† Deseos †+

El placer del entender es un don que muy pocos poseen entre los mortales, comprender un mínimo de la realidad que los rodea.

Cada uno busca aquello que quiere, por lo tanto siempre observara lo que en su interior desea. Una pretensión que a muchos los lleva a la sendas erradas y con respuesta opuestas a sus deseos. Obligándolos a detenerse, caer y llorar amargas lagrimas de la falsa derrota pues fueron   ellos quienes buscaron ver lo que no existía.

Aquella vanidad mortal que poseen desde la existencia de su conciencia, inunda incluso sus deseos convirtiendo su realidad en solo una historia que gira en torno a su persona. Que seres tan diminutos y pequeños, capaces de convertir la realidad en su realidad.

Hombres mortales,con el firme deseo de buscar aquello que calme lo que codicia su corazón, disfrazándolo incluso cualquiera otra emoción o sentimiento para justificar su deseo. Mi pequeño y débil mortal, no veas solo lo que deseas... observa con detalle cada instante de la realidad que verdad existe.

Pobre mortales, silenciados desde su conciencia a solo conservar aquello que les brindara una pequeña dosis de felicidad, engañados por buscar algo que les brindara por siempre la eterna felicidad, y obligados a desear lo que quizás ya posean. Perdiendo en la busca de sus deseos trozos de lo que podrían haber sido su aclamada felicidad y tranformándolos en experiencias de arrepentimiento y aprendizaje para su consuelo.

Mi pequeño mortal el entender implica encontrar el significado real y objetivo de la realidad,implica deshacer lo emotivo y sentimental para realzar la belleza de la verdad. Quitar aquellos falsos colores que lo cubren y verla como lo es, fría y real.

Un simple humano busca crear su realidad para lograr sobrevivir en ella, no interesa que tan listo sea o cuanto dinero posea. Es curioso como llegan apenas a ver lo real cuando su paso en la vida se acerca a su fin, sus ojos abriéndose al final del camino solo para observar sus errores y llorar por ellos.

Los deseos nunca serán cumplidos los mortales siempre soñaran mas alto de lo que llegaran, y su corazón buscara el consuelo de que ha estado muy cerca. Mi pequeño lo real va mas allá de lo que algún día lograras siquiera ver, quita toda aquella ansiedad y forma de la fantasía , muestra tu mirada hacia lo que te rodea y observa atentamente quizas veas aquellas pequeñas figuras que te gritaran lo real de tu existencia.

+† Sonrisa †+

Aquellos ojos vidriosos observándome, rogando incesantemente clemencia y aun ello sin atreverse a decir palabra alguna. Con un vano intento de desaparecer y fundirse con la pared que te aprisiona. 

Mi pequeño mortal, tan débil y patético... tus ruegos solo logran aumentar mi deseo de atravesar tu delicada piel y sentir aquel cálido liquido nuevamente.

Tu piel lustrosa brillando bajo la luz de la lampara, el rápido palpitar de tu corazón y aquel leve temblor... resulta incluso conmovedor observar a la frágil criatura que realmente eres. Aquel falso valor ahora perdido entre el silencio del lugar, y tu aliento cálido entremezclándose con el frío de la noche llevándose con el la poca resistencia que te queda.

La impaciencia es un gran error mi pequeño, la prisa tiende a esconder los pequeños detalles que podrían mejorar la experiencia, como aquel incremento en tu palpitar a cada paso que me acerco, el cambio de color en tu rostro cuando observas mi sonrisa curva, tus ojos enfocados solo en mi presencia mientras tu cuerpo se paraliza aun mas.

Que situación mas estremecedora para mi pequeño juguete, el instante de diversión que podrías causar se ha transformado en solo una cacería absurda y aburrida. Encontrandote allí encogido sobre tu propio cuerpo, esperando el milagro que no llegara. Rogando a innumerables nombres por la piedad que no encontraras en mi conciencia.

Mi pequeño, no olvides quien soy... observa detenidamente mi mirada, siente mis manos frías recorriendo lentamente tu piel, y esta se eriza ante mi contacto instantáneamente... no, mi pequeño... en este juego no hay plegarias que valgan o promesas que existan... déjame recordarte el porque el demonio es conocido como tal...

Aquella vida que posees sera mía conservándome por la eternidad, manteniendo la figura que observas y sientes. Escucha claramente mis susurros, llévalos hacia la muerte y dile que la he vencido, que puede esperar mas no me reuniré con ella. 

Que simple es la vida mortal, tan fácil de robarla y poseerla. Sintiendo el estremecer de tu cuerpo en mi abrazo, que calidez tan grande y el sabor es el mismo elixir de los dioses. Aquel maravilloso liquido carmesí recorriendo mi garganta, observando el pasado de tus pensamientos y temores, maravillandome de aquella funesta vida que tendrá un fin cercano.

Y cayendo pesadamente como una prenda abandonada sobre el frío suelo, adiós mi pequeño mortal...     disfruta del instante que has compartido con la eternidad del vampiro... y recuerda su sonrisa...

+† Oscuridad †+

La oscuridad tan inquietante y maravillosa, cubriendo fácilmente cualquier lugar que desee o tan solo dejarse notar entre las sombras que suelen presentarse. Tan inquietante con su presencia, obligando a aquellos de débil mente recrear una y otra vez cada miedo, aun cuan sutil sea este... jugando con sus emociones sin hacer esfuerzo alguno... 

Cada corazón y mente mortal, teme a la oscuridad... deseando que desaparezca,cuan débiles logran ser para desear o imposible. Son ellos mismos, quienes brindan aun mas poder a su propia oscuridad negando su existencia. Pequeños trozos de miedos, mentiras, dolor, ira, angustia... aquellas emociones que poseen los mortales que disfrutan y muestran con gran facilidad y que luego enterraran en la oscuridad de su ser para no observar aquel lado desagradable y despreciable de sus existencias. Una identidad reflejada en sus sombras, tan cercanas y a la vez desconocidas para ellos mismos, pobres e insignificantes mortales... subestimando mas de lo que creen a su interior...

Pronto la oscuridad adquiere la fuerza necesaria para absorber a su creador, deteniéndolo y consumiendo cada instante de su corta existencia. Transformando su ser, en solo una sombra real sin rumbo alguno y con deseos de destrucción en su interior...destrozar todo aquello que le recuerde lo que alguna vez logro poseer... una inmensa oscuridad que cubre todo su ser... donde basta un pequeño y débil rayo de luz para descubrir cuan intensa es la oscuridad que posee...

Puedes creer que la luz vence a la oscuridad, mi pequeño... sin embargo debo recordarte que donde exista la luz siempre existirá alguna sombra, más no siempre habrá alguna luz cuando la oscuridad logra poseerte. Cegara tus ojos, nublara tu mente y convertirá cada instante de vida en un calvario de eternas culpas y remordimientos, es esa la oscuridad que logran crear y creer los mortales... una a la cual logren temer, para justificarse a si mismos...

Mi pequeño mortal, dime... conoces lo que hay escondido entre la oscuridad que posees? podrías enfrentar al demonio que va creciendo y formando parte de tu existencia?... o simplemente te desvanecerás, como lo han hecho ya muchos. Una realidad juzgada como virtud y desgracia... tu existencia limitada a la luz que desearías poseer mientras niegas la oscuridad que ya posees... mi pobre y pequeño mortal...

+† Retorno †+

Ha transcurrido mucho tiempo desde la ultima vez que logramos hablar mi pequeño mortal, un tiempo en el cual el sueño de la muerte logro tentar mi existencia y sin embargo el deseo de sujetarme a la imitación de vida que llevo nuevamente se aferro a mi piel.

Un retorno sin gozo y sin motivo, sin un principio o meta que merezca el camino que elija. Soy un ser condenado a la existencia vacía por la eternidad... una condena por el deseo de aferrarme a la vida, un castigo por el egoísmo puro que mostré alguna vez...

Mi pobre pequeño, cuanto logro envidiar aquellas emociones que te rodean. Esa furia descontrolada, tus lagrimas incesantes, e incluso esa alegría ante simples acciones... un mortal en su esplendor, observo constantemente tus acciones intentando sentir siquiera una pequeña muestra de todo aquello y sin embargo no logro mas que ver absurdas respuestas ante algunas acciones.

Soy un ser calculador, con un corazón muerto al igual que la mortalidad que alguna vez poseí. Y quizás un alma que llora por la eternidad, suplicando a la muerte que logre arrastrarme bajo sus brazos para poner fin a su agonía, llevándola mas allá de donde alguno pudiera imaginar. Tal vez con un Dios... tal vez con un Demonio, o simplemente desapareciendo entre el vacío.

He regresado mi pequeño, estaré nuevamente disfrazada de tu sombra. Susurrare mis palabras en tus oídos, sentirás mi frío aliento en tu garganta, perderás tu conciencia bajo mis ojos grises y desaparecerás entre el vacío de mi ser cuando lo desees así.

Mi pobre pequeño mortal...
Déjame abrazar tu corazón...
Déjame seducir tu mente...
Déjame ser nuevamente tu Ángel y tu Demonio...