Cuanta gracia produce aquel inmortal, que olvidando sus dones y conciencia cae ante la inevitable locura. Su mente y cuerpo dotados del toque oscuro ahora perdidos entre aquellas tinieblas que inundan su desgraciada soledad...
Una insignificante existencia de aquel que no logra llevar al eterna oscuridad y desesperado busca aquella puerta que los lleva a su final, sin la sensata cordura que guíe sus pasos transformándolos en simples y vanas copias de aquellos, quienes con gran fuerza llevan la eternidad atada a sus almas...
Cuanta desesperación inundando constantemente su mente, perdiéndola entre los abismos de la locura. Clamando constantemente la piedad y rogando por la clemencia que desean, añorando aquellas emociones que alguna vez poseyeron siendo simples mortales...
La calidez y la bondad olvidada...insistiendo en llamarse por si mismos demonios.Quienes sin piedad logran arrancar la vida de aquellos inocentes que ignoran nuestra existencia... culpándose constantemente por su existencia... buscando su desgraciada maldición entre la perfección del inmortal...
Llamando a la muerte quien cerca se niega a dar un rápido final, quien desea conservarlos en la desesperación, la ruina, y la locura. Castigándoles por desear evitarla, por temerla en aquel corto segundo en el cual sus vidas se perdían entre las sombras de la muerte negándose a acompañarlas.
Frágiles mentes escondidas tras un formidable cuerpo casi indestructible... su poder reducido a la nada, sus deseos convertidos en ruegos y su mente transformada en simple instinto... su destrucción.
Cuanta desgracia en aquellos quienes no logran resistir su propia muerte... su propia mortalidad destruida junto a su existencia. Cuanta debilidad en aquellos miseros inmortales quienes sin duda alguna caminan hacia su muerte, buscando acabar con la existencia que lograron poseer.
Detestables y odiados, la escoria existente de todo aquel inmortal quien ha logrado rebasar a la locura. Quien sin tregua o duda alguna dará fin a aquellas existencias vanas, nuestra inmortalidad y nuestra perfección, un don oscuro que pocos logran llevar por cientos de años... algunos pocos duermen y otros recorren las ciudades como cualquier mortal... la locura permaneciendo latente en cada existencia inmortal, y siendo el punto en el cual nace el deseo de la propia destrucción...
...Vamos, bailemos esta noche mi pequeño mortal... bailemos en la eternidad aun cuando la luna carmesi cubre el manto de la noche... bailemos ante la fragil muerte quien no deja de ser fiel observadora...
Bailemos al ritmo de las sombras y los deseos... jugando lentamente con tu frágil figura que obedientemente sigue el ritmo elegido... deslizandonos agilmente sobre el frio marmol... compartiendo esa calidez que emanas a casa látido, brindando parte del calor al frio cuerpo del inmortal...
Bailemos de manera que seas consentido... que el temblar de tu cuerpo forme parte del movimiento... que mi frioaliento recorra rapidamente tu figura... susurrando mis deseos a tus oidos... acogiendote en un abrazo apenas intangible... un abrazo tan delicado como cuando se cuida una preciosa figura de cristal...
Bailemos juntos... combinando nuestros latidos... acompansandolos... y acelerandolos... tan cercanos que el fluir de la sangre se escuche claramente... tan cercanos comola marmolea piel cubriendo y acariciando a aquella tan suave y rosacea..
Bailemos mientras tu conciencia se pierde en mis encantos... mientras tus deseos se desvanescan.. y la locura clame continuar con el acompasado piano... rindiendote incondicionalmente... dejandote embelezar por quien te guia sin tregua alguna...
Bailemos hasta que figura repose sobre la mia... deseando el contacto... sintiendo la pasión desbordante que fluye por su figura... amando cada instante... deseando mis labios sobre los tuyos...
Bailemos hasta solo observar mi reflejo en tus ojos... hasta convertir mi aliento en el tuyo... mis deseos en tus ordenes... mis instintos en tus deseos... tranformadose cada paso en un hechizo de eterna pasión... convirtiendola en la entrega perfecta...
Bailemos mi pequeño... porque esta noche... serás perfecto...
Lo altos muros imponentes cubriendo el camino... escondiendo entre ellos la luz, sumergiéndose en las profundas sombras de su frágil mente. Creando un laberinto de mucha ilusiones y una sola realidad, paredes nacientes una tras otra... escondidas y a la vista... tan silenciosas como la muerte absoluta...
Una vida transformada, cada muro creado en solo emociones... el confuso camino creado por los sentimientos que alguna vez lograron ser parte de su existencia... Pobre de aquel que desea recorrer el camino de inmortal, aquel sendero carmesí... pobre de aquella criatura a quien su oscuridad buscara ser su aliada... en un camino creado por si mismo, un laberinto sin descanso... sin un dios a quien clamar por piedad... y sin un demonio a quien culpar por tan desgraciada suerte...
El mortal que ruega por la inmortalidad, avanzando aquel camino sin retorno... el perfecto lugar de la eternidad, el cual juega sin tregua alguna con su nuevo caminante. Quien sin destino avanza, convirtiendo sus pasos en el ritmo de su conciencia... transformando cada deseo en un ruego... avanzando en el frío espacio que desea con ansias sus miedos y sus deseos, para luego atormentarlos con ellos...
Un lugar inexplorado, creado por solo un usuario y con una única oportunidad. A cada paso alejándose de su innata humanidad... perdiendo sus sentimientos quienes vanos ruegan por la clemencia para permanecer... donde aquellas emociones recaen en la oscuridad, abandonadas en las sombras. Encerrando lo que fue su realidad en una larga historia... sin el mortal como su protagonista, donde aquel mortal quedo excluido de lo que alguna vez pudo haber llamado vida...
Sus pasos solitarios resonando entre las frías y húmedas paredes, pues sus lágrimas se han transformado en la niebla que inunda el laberinto. Sus pies descalzos buscando el calor ahora inexistente... avanzando en busca de la esperanza perdida... en los recuerdos que ata a su mente desesperadamente...
Sus risas escondiendo su locura... escondiendo la desesperación... el miedo... el frío... y el dolor, que inunda su corazón golpeándolo incesantemente. Su camino... su infierno y su calvario, la silenciosa muerte incluso resulta piadosa. La ciega locura que promete la paz olvidada, y el fin del eterno laberinto.
Es el fin del mortal, el final de aquella existencia... al final del largo trecho el pilar de la lógica razón se encuentra impasible y imponente. Desvaneciendo cada muro del aquel mortal laberinto... de aquel monstruoso sendero creado tan solo por aquella frágil mente y de aquel impulsivo corazón...
El inmortal que rehúsa, aquellas emociones que podrian llevarlo al inicio de un nuevo laberinto. En donde la locura parecerá aun mas amable, y mas sensata... acabando y dejandose envolver por ella rapidamente...
Es en el centro de aquel salvaje laberinto, donde lo ecos son transformados en finas cuerdas que atando la cordura, impiden las lágrimas del inmortal....
