viernes, julio 27, 2018

+† Juego †+


Hace mucho que logramos jugar, mi pequeño mortal. La osadia con la cual ingresaste a mi territorio fue admirable, aquel ego que cubria tus ojos y la confianza de ser mas listo que el resto de mortales, aquella confianza que logro convencerte que podrias jugar y salir victorioso.
Ese brillo en tu mirada, la sonrisa de satisfacción en tu rostro cuando acepte tu invitacion, aquella confianza que va acabandose cuando las piezas se mueven. Aquel temblor suave que aparece en tus dedos y el miedo que se instala en tu midada.

Puedo escuchar tu corazon, que comienza a latir con mayor rapidez y fuerza, cuan excitante me resulta. Puedo observar cada cambio en se produce en tu rostro el miedo que va acompañando a cada sutil mueca. La desesperacion que se impregna en el aire, me resulta maravillo observar estos cambios. No habra retorno, no habra frase que logres mencionar y cambie las reglas del juego que decidiste establecer.

Mi pequeño es mi turno, dejame mostrarte el poder que poseo, el miedo que logro provocar en aquellos quienes intentan retarme. No tengo prisa, no temas... deseo observar mas cambios en tu rostro, tomar el tiempo necesario para admirar aquel brillo en tu piel que se evidencia bajo las luces. Dejame mostrarte el dulce aroma que despide cada poro de tu piel, cuando me acerco sigilosamente a tu lado. 

Tu piel tan suave y lisa,  tensandose bajo mis dedos, el latir de tu corazon golpeando tu pecho puedo escuchar los ruegos en tu mente, suplicas de vida... no te confundas mi pequeño, esta noche eres la presa, aquella a la cual no dejare ir tan facilmente sin al menos disfrutar un momento. Ruega, suplica, llora, has aquello que desees. 

Esta bien temer, esta bien sentirse vulnerable... es inevitable cuando me encuentro cerca, y logran advertir mi fuerza. Sonrie mi pequeño, sera tu ultima oportunidad. Puedo recorrer tu mente tan facilmente, descubrir aquellos secretos que deseas esconder... aquellos ojos a quienes desafiaste y al sentirte vencedor no dudaste en acabar con sus vidas. Y ahora siendo la presa, no intentas siquiera luchar. 

No eres digno, no podrias servir para formar parte de mi existencia. Solo queda sonreir ante aquel miedo, y el temblor que no puedes disimular. Teme mi pequeño que te prometo sera la ultima vez.

 

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